La habilidad olfativa de los perros
Los perros poseen un sistema olfativo altamente desarrollado, capaz de detectar sustancias en concentraciones extremadamente bajas gracias a sus más de 300 millones de receptores olfativos. Estos receptores están conectados con la amígdala, el área del cerebro vinculada a la memoria y emociones, haciendo que puedan recordar aromas y así volver a detectarlo.
Estas características, les permite diferenciar sustancias específicas independientemente del olor de fondo, convirtiéndose en una herramienta de detección especialmente sensible.
Su alta velocidad de detección, pudiendo inspeccionar grandes áreas en minutos con una precisión del 99%, sin verse afectados por la variación de humedad y temperatura, junto con su movilidad libre, pensamiento independiente, capacidad de aprendizaje y la vida útil de trabajo de aproximadamente ocho años, los hace superiores a muchos métodos analíticos instrumentales en la detección de las moléculas que conforman los olores.
Es por eso que en la actualidad tienen una amplia aplicabilidad en áreas tan importante como la detección de explosivos, drogas, personas desaparecidas, incluso biomarcadores de enfermedades.